Philips Lumea se ha desarrollado pensando en tu seguridad y no daña los ojos. El sistema de seguridad evita emitir pulsos cuando el dispositivo no está completamente en contacto con la piel. Asegúrate que el aparato toca bien la piel para evitar la dispersión de luz innecesaria y nunca utilices Lumea en la zona en torno a los ojos o para el tratamiento de las cejas. No es necesario llevar gafas durante su uso. Utiliza Lumea en una habitación bien iluminada para evitar el efecto de deslumbramiento. Una habitación bien iluminada reduce la percepción del brillo de los pulsos de luz.

Lumea es un sistema lo suficientemente seguro y suave para tratar la zona del bikini completa, de modo que si deseas una depilación brasileña o de estilo Hollywood (solo una línea de vello o sin vello) hazlo. Para prevenir las molestias, te recomendamos utilizar menor potencia en las zonas más oscuras o pigmentadas. Para las áreas sensibles de la zona púbica, puedes utilizar un ajuste de intensidad menor en función de tu nivel de comodidad. La razón de utilizar esta menor intensidad es que estas zonas son más sensibles a la IPL o te sientes menos cómoda con la IPL. No utilices nunca Lumea en los labios menores, la vagina o el ano.

No. Philips Lumea no se ha probado nunca en mujeres embarazadas ni en periodo de lactancia y, por lo tanto, no se debe utilizar en esos casos. Philips ha trabajado con los mejores dermatólogos para desarrollar el sistema Lumea y han aconsejado que no se use este ni ningún otro método de depilación basado en luz durante el embarazo o la lactancia materna como medida de precaución para evitar efectos secundarios.

No, no utilices el sistema Philips Lumea encima ni cerca de grandes lunares o pecas. Si hay un lunar en la zona que quieres tratar, intenta aplicar los pulsos de luz alrededor, porque la pigmentación del lunar absorberá la energía de la luz. Realizar el tratamiento en un lunar o peca directamente puede provocar molestias o incluso quemaduras.

No, la IPL no es dañina para la salud. La IPL profesional existe desde hace 25 años y los estudios no han mostrado ningún caso de cáncer de piel ni problemas de fertilidad.

Sí. Philips Lumea puede utilizarse durante todo el año, incluso en los meses de verano. Sin embargo, debes adoptar precauciones antes y después del bronceado. Con bronceado nos referimos a tomar el sol; no pasa nada si el sol te da en la calle.
Bronceado antes de usar Philips Lumea:
Espera al menos 48 horas después de broncearte para utilizar Philips Lumea.
No utilices Philips Lumea si tienes quemaduras del sol en la piel ni mientras estas permanezcan.
Ten en cuenta que todos los tipos de bronceado oscurecen la piel.
Comprueba siempre la tabla de tipos de piel-color del vello recomendados y adapta la intensidad de la luz a un ajuste inferior para evitar reacciones de la piel y efectos secundarios.
Bronceado después de usar Philips Lumea:
La piel está más sensible justo después del tratamiento.
Espera al menos 24 horas o hasta que todas las rojeces hayan desaparecido para exponer las zonas tratadas al sol.
Cubre las zonas tratadas si te va a dar el sol o utiliza protección solar (*SPF 50) durante las 48 horas posteriores al tratamiento.

En la gran cantidad de estudios realizados con Lumea, ninguna mujer valoró la experiencia como dolorosa, cuando se utilizaron los ajustes correctos según el tono de piel y el color del vello. Durante las pruebas, algunas mujeres describieron sensaciones como calor, picor o pinchazo, que en la mayoría de los casos desaparecieron trascurridos entre unos minutos y una hora. Para acostumbrarte a Philips Lumea, recomendamos que apliques pulsos de luz de prueba cerca de la zona que vas a tratar, utilizando el ajuste de luz más bajo recomendado. Cuando te sientas cómoda, puedes aumentar el ajuste de luz, gradualmente si es necesario, pero sin experimentar dolor en ningún momento.
En ocasiones, se puede experimentar dolor durante o después del tratamiento:
Si has utilizado Lumea sobre la piel sin afeitar
Si utilizas Lumea con una intensidad de luz demasiado alta para tu color de piel
Si aplicas pulsos de luz en la misma zona muchas veces
Si utilizas Lumea sobre heridas abiertas, inflamaciones, infecciones, tatuajes, quemaduras, etc.

Si usas Lumea de acuerdo con las instrucciones, no deberías experimentar ningún efecto secundario grave. Sin embargo, se pueden experimentar estas reacciones cutáneas menores:
Enrojecimiento: puede producirse un enrojecimiento entre leve y moderado inmediatamente después del tratamiento. Este enrojecimiento es normal, no es dañino y desaparece rápidamente.
Calor: puedes sentir calor, picor y ardor o sensación de hormigueo durante el tratamiento. De nuevo, esto es normal y observarás que la sensación desaparece inmediatamente después del tratamiento.
Lee cuidadosamente el manual de usuario, especialmente la lista de contraindicaciones, y sigue las instrucciones en todo momento. Si observas cualquier otro tipo de efecto secundario, consulta a un médico.

Nunca utilices el dispositivo si padeces cualquiera de las enfermedades siguientes:
Si padeces alguna enfermedad cutánea, como cáncer de piel, si tienes antecedentes de cáncer de piel o cualquier otro tipo de cáncer localizado en las zonas que se van a tratar.
Si tienes antecedentes de trastorno vascular, como presencia de venas varicosas o ectasia vascular en las zonas que se van a tratar.
Si tu piel es sensible a la luz y aparece con facilidad una reacción alérgica o erupción.
Si tienes infecciones, eccemas, quemaduras, folículos inflamados, heridas abiertas, abrasiones, herpes simple, heridas o lesiones y hematomas en las zonas que se van a tratar.
Si padeces de diabetes, lupus eritematoso, porfiria o una enfermedad cardiaca congestiva.
Nunca utilices el dispositivo en las zonas siguientes:
En verrugas, tatuajes o maquillaje permanente. El tratamiento puede ocasionar quemaduras y cambios en el color de la piel.
Nota: Esta lista no es exhaustiva. Si no tienes la certeza de poder utilizar el dispositivo, aconsejamos que lo consultes con un médico.